Novus Ordo Seclorum
- logiagiordanobruno
- 21 dic 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: hace 5 días

"La historia no se repite, pero a menudo, rima"
Mark Twain
La frase “Novus Ordo Seclorum”, que se traduce como "Nuevo Orden de los Siglos", es una inscripción que aparece en el reverso del billete de un dólar estadounidense, acompañada de símbolos como la Pirámide Trunca y el "Ojo que todo lo ve". Estos elementos, de clara influencia masónica, representan la visión de los padres fundadores de los Estados Unidos de establecer un orden renovado, basado en principios modernos y reformadores que guiarían a su nueva nación hacia un futuro de progreso y libertad.
El 26 de agosto de 1789, la Asamblea Nacional Constituyente de Francia aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, un legado fundamental de la Revolución Francesa que sentó las bases para los derechos humanos universales. Este documento, que más tarde influiría en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 1948, está representado gráficamente con símbolos como el triángulo equilátero, el gorro frigio y la serpiente ouroboros. Estos elementos reflejan la profunda conexión entre los ideales revolucionarios y los principios masónicos, evidenciando cómo la Masonería contribuyó a la creación de documentos históricos que han moldeado el mundo moderno.
Durante los siglos XVIII, XIX y XX, la Masonería se convirtió en un refugio para aquellos que cuestionaban el totalitarismo, la hegemonía de instituciones opresoras y el monopolio del conocimiento por parte de ciertos grupos religiosos y políticos. En sus logias, los masones podían estudiar textos censurados, debatir ideas progresistas y construir una red de apoyo mutuo que los protegía de las represalias de quienes buscaban mantener el statu quo. La Masonería fue, en esencia, un espacio de resistencia intelectual y moral frente a la opresión.
Sin embargo, en tiempos recientes, hemos sido testigos de un resurgimiento global de movimientos políticos totalitarios, muchos de ellos de extrema derecha. Ciudadanos desencantados con los partidos tradicionales han depositado su confianza en figuras populistas que se presentan como "antisistema", prometiendo un retorno a glorias pasadas y apelando a la nostalgia por un pasado idealizado. Estos líderes han explotado hábilmente las emociones de las masas, simplificando problemas complejos y culpando a minorías, como los inmigrantes, de los males sociales.
Hace apenas unos años, parecía que conquistas sociales como la libertad, la igualdad, el respeto a la diversidad y los derechos de las mujeres y los migrantes eran batallas ganadas. Sin embargo, los acontecimientos actuales demuestran que estas garantías están bajo amenaza. Las instituciones que sostenían estos avances están siendo desmanteladas, y la necesidad de defenderlos se ha vuelto más urgente que nunca. En este contexto, la Masonería, con sus principios de igualdad, libertad y fraternidad, adquiere un nuevo significado. Lo que antes parecía un secreto obsoleto, hoy se revela como un faro de resistencia frente a la regresión.
¿A qué se debe esta regresión? Aunque no hay una respuesta definitiva, las redes sociales y la manipulación mediática parecen ser factores clave. En lugar de informarnos a través de artículos periodísticos profundos, muchos consumimos titulares sensacionalistas que aparecen en nuestras redes sociales preferidas. Este enfoque superficial genera un conocimiento limitado y emocionalmente cargado, lo que facilita la propagación de desinformación. Un ejemplo trágico de esto ocurrió en 2017, cuando el algoritmo de Facebook promovió publicaciones falsas en Myanmar, acusando a la minoría Rohinyá de planear una guerra musulmana contra el gobierno budista. Este discurso de odio provocó la muerte de 25,000 personas y el desplazamiento de un millón más.
En casi todos los países, políticos populistas han aprovechado la inmediatez y el alcance de las redes sociales para simplificar problemas complejos, culpar a minorías y ganar poder. Las plataformas digitales priorizan el contenido viral sobre la veracidad, capitalizando las interacciones de los usuarios sin importar las consecuencias sociales.
Frente a este panorama, cabe preguntarse: ¿Es este el "Nuevo Orden de los Siglos" que anticiparon los fundadores? ¿Y qué papel puede desempeñar la Masonería en este contexto? Aunque no somos una institución centralizada, hay acciones individuales que podemos tomar para contrarrestar estas tendencias. En primer lugar, debemos cultivar el pensamiento crítico, oponiéndonos al pensamiento mágico y a la reactividad emocional. En segundo lugar, es crucial consumir periodismo de calidad, leyendo artículos completos en lugar de limitarnos a titulares sensacionalistas. En tercer lugar, debemos ser conscientes de los sesgos editoriales de las fuentes de información y contrastarlas con perspectivas diversas. Finalmente, es esencial fomentar la empatía y la filantropía en nuestras comunidades, rechazando los discursos egocéntricos, ultranacionalistas y discriminatorios que proliferan en los medios de comunicación.
La Masonería, con su legado de lucha contra el oscurantismo y la opresión, puede volver a ser una línea de defensa frente a la ambición, la desinformación y el retroceso social. La respuesta no está en una organización centralizada, sino en cada uno de nosotros, en nuestra capacidad para actuar como guardianes de los principios de igualdad, libertad y fraternidad. En nuestras manos está la posibilidad de construir un futuro que honre el verdadero espíritu del "Nuevo Orden de los Siglos".
Es cuanto.
M:. M:. IYG
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