El Mandil: Nuestra Armadura y Brújula

El Mandil es el objeto que porta el simbolismo más gentil que podemos usar, ya que no es solo una vestimenta, sino que también nos recuerda que, a lo largo de los años, nada debe ir encima de él ni cubrirlo. Esto se debe a su simbolismo de pureza y a la representación del mismo “Día” y de la confraternidad de la cual formamos parte.

Se debe decir que aporta una protección simbólica, y tiene un porqué. Si bien en la antigüedad este se conformaba de una piel muy rígida, capaz de brindar protección ante cualquier incidente que pudiera ocurrir en los arduos trabajos de albañilería al desbastar la piedra para la construcción de templos, entonces simbólicamente, ¿cómo nos protege?

El mandil blanco del Apr.·. M.·., con la baveta levantada, actúa como un escudo simbólico que nos protege de las influencias negativas, los vicios y las impurezas que forman parte del mundo profano. Es el mandil del Apr.·. una barrera que nos ayuda a mantener nuestra mente fría y a enfocarnos en nuestra instrucción.

La pureza de nuestro mandil se identifica por el color blanco, símbolo del cordero, que representa la inocencia. Esta pureza e inocencia son el material del que está hecho nuestro mandil, el cual nos hará incorruptibles ante prejuicios o ideas preconcebidas, dictando fielmente nuestros tres años y permitiéndonos recibir las enseñanzas M.·. con una mente abierta y sin ninguna mancha de ego o impulsividad.

Como se menciona en el libro Trazados Entre Columnas, de Sebastián Janz, se nos da un simbolismo más científico pero natural de los actos del hombre, indicando que el cuadrado del mandil simboliza al ser justo, pero a la vez responsable, por la equidad que dan sus ángulos rectos. Por ende, habla del ser equitativo. Llevándolo al plano humano, podría decirse que es una invitación a guiar nuestras acciones con templanza y sentido del deber, con buen juicio.

Ahora bien, el mandil se compone por un triángulo y un cuadrado.El triángulo simboliza el espíritu, mientras que el cuadrado representa la materia, lo que me trae a la mente la misma tríada, símbolo de perfección, y también las tres grandes luces de la Log.·..

Cuando trabajamos los Apr.·. con la baveta levantada para protegernos simbólicamente, como ya mencioné, esto simboliza que nuestro espíritu no ha entrado aún en una fase espiritual; seguimos con los pies plantados en lo material. Esto nos lleva al cuadrado del mandil, que simboliza la condición material, el cual, como se menciona en el libro, se compone de cuatro triángulos, cada uno vinculado con uno de los cuatro elementos: Tierra, Agua, Fuego y Aire, que a su vez hacen alusión a las purificaciones que vivimos en nuestros viajes de iniciación.

Dato curioso: Si sumamos los tres lados del triángulo en el mandil más los cuatro del cuadrado, obtenemos el número 7, número que en la tradición pitagórica era símbolo del hombre completo, o bien del ser humano como un microcosmos. Representa al hombre que ya trascendió los principios inferiores o ha alcanzado la trinidad divina, logrando una armonía entre su espíritu y la materia.

El mandil es mucho más que una simple prenda: es el mapa simbólico de mi propio crecimiento. Me enseña que la pureza no es solo un ideal, sino también un recordatorio de mantener mi cabeza fría para recibir conocimiento sin prejuicios. A su vez, es la armadura que me protegerá de las distracciones profanas y de mis debilidades, con el plus de que, como brújula, me guiará a brindar justicia equitativa y me encaminará a integrar mi espíritu con la misma materia.

Es cuanto.

M:. Apr:. C. S.