Masonería y prosperidad económica
- logiagiordanobruno
- 6 may
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Plancha dedicada a Martin Luther King en su aniversario luctuoso 4 de abril, 1968. Larga vida.
En los avatares del reconocimiento histórico de la Masonería y su desarrollo, por lo general no se reconocen o destacan los aportes que la Orden hizo al advenimiento de la modernidad, en aras de contribuir a una condición social más próspera y digna en la construcción del sujeto social que le es inherente. Se dice que esto es debido a varias causas, siendo algunas de mayor relevancia (cuando menos mencionaremos dos):
1) ya sea que los investigadores sean pocos los que dan importancia histórica a la institución masónica como tal porque sean temas poco rentables; y otra 2) podría ser, que la propia orden, en su inercia, ha guardado con celo sus archivos por razones que luego no se mencionan, y no sean de fácil acceso, porque se asume que el masón como sujeto no debe dar importancia a la persecución por parte de otras instituciones de dominio, pues masónicamente alude a un estoicismo (fortaleza) el no enfrentar a la estulticia (necedad o tontería). Se dice que el masón racional, no confronta en ocasiones a la necedad porque es inútil discutir contra la pared, y ésta, en ocasiones cede y cae por sí mismo, más no el dogma de arraigo. Todo esto, contribuyó a que no se sepa en ciertos ámbitos y con certidumbre, lo que hizo la Masonería como institución, o quiénes fueron los masones más importantes involucrados en el desarrollo histórico de la modernidad en su respectivo contexto. Dicho en una línea, hubo una época en que la práctica de la masonería era absolutamente secreta, y algunos regímenes históricos, al entrar en ciertas logias, destruyeron todos sus archivos.
Pese al desprecio histórico que la masonería pudiese haber tenido en el papel de ciertos eventos históricos trascendentes, y que por ello, algunas referencias remitan a la idea de que no fueron los masones los que contribuyeron al desarrollo del estado moderno, a un sistema de economía imperante, al acceso del conocimiento en la consolidación de la Ilustración y su filosofía social o a la revolución industrial etc. es innegable que en buena medida, los masones estuvieron presentes con su praxis e ideología en esa historia compartida. Un dato al margen pero no por ello menos importante, es la insistencia en asegurar, que no fueron los masones los que “hicieron la independencia de las colonias de América o la Revolución Francesa” rayando en los absolutos sin considerar si algunos hermanos de la Orden hubiesen sido estrategas ideológicos o prácticos en la guerra y su diplomacia.
Cuando se habla de “prosperidad económica” por defecto, se tendrá que ponderar un sistema económico en su condición intrínseca, pero visto desde una perspectiva dialógica, cuando menos se considerarán también, algunos de sus propios defectos como condicionante humana, es decir, “humanizar” el sistema económico (Piketty) sigue siendo agenda pendiente. Quizá esta idea no pretenda ser por demás pragmática sino justa en el sentido propio de la definición de acopio de recursos junto con cierta redistribución de la riqueza o de los ingresos. Quizá sea una “racionalidad económica” que lejos de ser mal vista, alude a las formas en que la economía tiene que ser per se, pues de ello depende la prosperidad para bien o para mal.
Esta entidad “racional” se iniciaría en la historia, desde el Bajo Medioevo, ubicándose en la inteligentsia que emana de un grupo selectivo o aristócrata[1] donde se encontraban los personajes que por fortuna habían tenido acceso a cierta educación. Y entre ellos, hubo varios personajes masónicos relevantes. Sin embargo, del otro lado social emergente en la clase trabajadora urbana, también hubo masonería organizada.
En el texto The Masons as Makers of America; the true story of the american revolution, del autor Madison C. Peters, se alude a: “… previo al surgimiento de la masonería en Inglaterra en 1717 (…) cuando la masonería se volvió especulativa, las guildas masónicas eran en realidad sindicatos de intercambio que regulaban las relaciones entre empleados y empleadores”.[2] Esto podría dar pie también, a identificar un campo de prácticas terrenales de la masonería y no sólo a lo que se alude a la idea de que, el despotismo ilustrado tiene su origen en el conocimiento de cierta clase social desde la masonería.
En el escenario del nacimiento de la ciencia moderna del siglo XVII en Inglaterra, se dice que los miembros originarios de la Real Sociedad de Londres, eran, parafraseo: “una mezcla de personajes desiguales, aparentemente sin nada que compartir más que una cierta riqueza, con curiosidad por los fenómenos naturales; sin embargo, varios de ellos distaban de tener fortuna exagerada, diferían en posiciones políticas y sociales y formaron así, una extraña mezcla solidaria”.[3]
Quizás sería ocioso hacer una lista de los personajes célebres que fueron masones en el ámbito de la ciencia económica, sin embargo, es probable que varios de ellos son reconocidos por sus aportes a la economía moderna más que por haber pertenecido a la Orden de hecho, la propia historia proscribe a ciertos personajes que se desprecian y evalúan no por sus aportes a las políticas económicas, sino por su ideología crítica en la confrontación y evaluación de sistemas políticos y económicos. Es decir, el propio sistema de dominación borra del historial masónico a los ilustres que hicieron grandes aportaciones desde la disidencia o la marginalidad o con cierto tufo progresista. Cuando se argumenta que no hay rastros de que Adam Smith, David Ricardo o Thomas Hobbes, Isaac Newton o David Hume hayan pertenecido a la institución masónica como tal, tampoco hay evidencia que no hayan estado ellos influenciados y cobijados por masones con poder de influencia y divulgación de sus ideas. Se dice que ni Engels ni Marx fueron masones e incluso se han hecho compendios de sus críticas hacia la masonería pero no por ello dejaron de ponderar a la cultura crítica de la masonería de su tiempo, y al igual que muchos masones decimonónicos, estuvieron en contra del esclavismo que junto con las nuevas modalidades de la “ciencia” económica, acudía no a la mano de obra barata, sino a la llana condición del esclavo que se le pagaba en la tienda de raya. Entrecomillo aquí “ciencia” pues en la historia de la humanidad, también la racionalidad panfletaria ha servido para los propósitos de la justificación de perversiones y transgresiones. Un dato curioso es que, entre los masones también hubo esclavistas y racistas, y a esos sí se les hacen honores en el panteón de los ilustres. Por respeto a este espacio y respeto a la Orden, no haré denuesto de un sistema económico u otro, en sus fortalezas o debilidades, en su deficiencia o prosperidad, pero sí dejaré asentado que, un sistema social hecho con las manos más que con el corazón, dificilmente se consolidad como un sistema perfecto. En todo caso, a la sazón, tan solo un ejemplo: Amartya Sen, economista bengalí que ganó el Premio Nobel de Economía por sus estudios sobre la economía de la hambruna, y la economía de la pobreza. No solo entonces racionalidad sino humanismo, compromiso con los que menos tienen, esa es la tesis.
Si bien, fueron los miembros de la Orden los que nos legaron modalidades en relación a la dignificación del sujeto moderno laboral en este sistema político económico, en su: producción y consumo de divisas, ligado esto a las vacaciones, jornadas de 48 hrs asueto laboral, reparto de utilidades y derechos a seguros médicos en el trabajo etc. también heredamos de ellos, el disfrute de todo un aparato de estado moderno que descansa en garantías y derechos individuales y compartidos, en el ejercicio de la confrontación de ideas y manifiesto. Sin embargo, la esclavitud y el abuso a los derechos civiles laborales sigue vigente en el horizonte de este mundo compartido; el fantasma de Martin Luther King está libre y recorre el mundo, pero no descansa.
Es cuanto. MM J. B.
[1] Véase: Marx, K. La Acumulación Originaria del Capital, El Capital. Ed. Siglo XXI, CDMX 2023
[2] C. Peters, Madison. The Masons as Makers of America; the true story of the American revolution, Trowel Publ. N. Y. 1920. Pág. 68, Cop. Dig.
[3] Véase: Lomas, Robert. El Colegio Invisible; el papel de la masonería en el nacimiento de la ciencia moderna, Grijalbo, México, D.F. 2003, pág. 35.